No hay vuelta atrás. Nos han llevado a una situación que parece irreversible. La vida está cambiando y nos afecta a todos.
Algunos vecinos se van. Otros nos vemos poco. Solamente con algunos de ellos mantenemos la antigua relación que nos une. Yo diría que todas nuestras vidas han dado un giro y siento añoranza de un pasado desenfadado, prometedor y alegre. Hay gente nueva, pero tampoco sabemos si van a permanecer mucho tiempo.
La casa de enfrente, que tanto me gusta y que he dibujado numerosas veces y espero seguir dibujando, ahora está silenciosa. Los Carmona llevaban en ella una actividad frenética y en su jardín tenían todo lo que uno puede desear en su entorno. Bien cuidado. Bien proyectado y conservado. ¡Cómo añoro el pasado! En mi interior mantengo la esperanza de que un día vuelvan y que todos, todos con sus hijos... y los nuestros... y los hijos de nuestros hijos recuperemos el bullicio y la ruidosa alegría.
¡Pero no hay vuelta atrás! El mundo ha cambiado y me temo que eso será irrecuperable.
¡Cómo me gustaría equivocarme!
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