Su resistencia al frío hace que podamos disfrutar de ellas durante todo el invierno, bien en macetas, bien en jardines formando orlas y bancales. En realidad lo que no soportan es el calor y acostumbran a desecharse a final de temporada, pasada la floración y antes de que lleguen los días cálidos en que empiezan a marchitarse.
Respecto a las prímulas hay varias leyendas. Una de ellas refiere que quien ofrezca a los espíritus flores de prímula, sabrá dónde se esconden tesoros y riquezas. (Esta es la mas apropiada para los tiempos que corren).