No, no es que haya nevado por casa, todavía.
Ayer cortamos el abeto azul y este es mi homenaje al árbol que durante casi veinte años alegró y dió sombra y vida a este rincón del jardín.
Era el árbol que durante las Navidades permanecía iluminado todas las Fiestas, llenándolas de luz y colorido en esos días cortos y oscuros.
El árbol que vió pasar a familiares y amigos en las celebraciones y que sobresalía por encima de la valla tras haberlo plantado cuando todavía era un tierno ejemplar de apenas un metro.
Inexplicablemente, o porque no era el sitio adecuado, o por la competencia con otros árboles... o simplemente, porque ya se había agotado su tiempo, perdió sus agujas y daba más tristeza verlo que mantenerlo en aquel sitio.
Precisamente ayer, como todo un símbolo.
Hubo unas lagrimitas y algo de nostalgia en el ambiente, pero era necesario.
Una savia joven que renueve la ilusión y así se vayan creando nuevas etapas en nuestra existencia.
5 comentarios:
Si que da pena cuando se corta un árbol! A ver si la próxima incorporación se adapta mejor.
Saludos!
Aquest cedre era preciós, m'agraden molt els arbres i crec que el què vas sentir sí mereixia alguna llàgrima, fa molta pena.
L'aquarel·la molt bonica amb el contrast de les escales
Gracias noemi, y M. Antònia!
Qué pena da! Verdad? Pero se puede reemplazar por otra... y si es pequeña, mejor porque la ves crecer!
Conocía esta pintura que la pusiste el invierno anterior (creo) y ya me gustó.
Ánimo.
Un abrazo.
Gracias Joshemari! Cierto, si lo reemplazamos, será por uno pequeño.
La acuarela, seguro que la puse, porque tengo varias del jardín nevado. Ya veo que voy a repetir alguna que otra: Son cerca de 700 entradas en 5 años y medio.
Un saludo!
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