Este animal marino, del grupo de los celentéreos, se ha convertido en un manjar digno de las mejores cocinas especializadas en mariscos.
Es una anémona autóctona del estrecho de Gibraltar. Y es precisamente en Cádiz donde se inició su consumo ya por los años de penuria de la posguerra, rebozados en harina de freir pescado, convirtiéndose con los años en un codiciado plato que se sirve en los restaurantes como marisco de lujo.
Crece fijada por su base a las rocas y mide unos 6 cm. Dotada de filamentos urticantes que usa en la caza de crustáceos para su supervivencia, suelen dejarse marinadas antes de su consumo para limpiarlas de cualquier tóxico.
Se presentan rebozadas y fritas en aceite a 180º. Su aspecto una vez servidas es el de la foto inferior.
Deliciosas !!
3 comentarios:
Me encantan!!!! Y tu dibujo más!!!
Bello!
Abrazos,Laura.
Gracias Inma!
Gracias Maritza!
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