Entre recuerdo y recuerdo de los dias pasados, me apetece salir por la noche al jardín y disfrutar del aroma de las flores relajadamente.
Cada año, procuro tener en la jardinera de la entrada unas matas de petunia, cuyo perfume prevalece en mi subconsciente desde la infancia, rememorando las épocas de paseos con mi abuela, tras la cena, por los jardines públicos, en la ya lejana niñez, cuando la vida estaba todavía muy lejos de convertirse en la agitación nocturna de hoy dia.
Y al igual que cada temporada , no resisto la tentación de sacar una y otra acuarela de esta deliciosa flor de frágiles y rizados pétalos.
2 comentarios:
Vistosas y alegres, te han quedado ,estas petunias.
Los recuerdos de la infancia son un tesoro. La vida pasaba muy lentamente.....y,todo, estaba por escribir.
Bela pintura...Espectacular....
Cumprimentos
Publicar un comentario