Yo estaba allí. Y así es como yo vi elmar alterado después de una noche de tormenta.
Alejándose de Peñíscola por la carretera Sur, se obtienen unas magníficas vistas de la ciudad desde otra perspectiva.
En la distancia el mar lo domina todo y la silueta del castillo coronando las albinas casas adquiere otra dimensión. Es como un irse para volver a descubrir aquello que ya se ha apoderado de tí.
Y así siempre, buscando y encontrando nuevas imágenes, nuevas sensaciones.
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