La sanguina es un óxido de hierro (hematites) mezclado con goma arábiga, que confiere al dibujo un color rojizo. De ahí su nombre.
Se usa en dibujo como variante del pastel y sus matices van del escarlata al carmesí, pasando por el castaño o el rojo ciruela. El color sepia se obtiene de la bolsa de tinta de dicho cefalópodo, dándole un matiz terrecota oscuro.
La sanguina empezó a utilizrse con profusión el siglo XV y fué una de las técnicas preferidas de los maestros del Renacimiento. También tuvo gran auge entre los retrtistas del siglo XIX.
La calidez y suavidad de esta técnica es una de sus principales características, lo cual hace se aplique muy comunmente al dibujo de desnudos.
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