Estos han sobrevivido a la nevada. Un tanto vencidos por el peso, pero todavía atractivos.
Son silvestres. Por lo menos yo los he visto en lugares cercanos en estado natural, aunque los míos nacieron a partir de bulbos que me regaló un vecino.
Sus flores no sobrepasarán los 5 cm. pero tienen el mismo aspecto que los ejemplares grandes de jardín y su aroma es intenso y suave.
No me gusta coger las flores cultivadas, pero en este caso y después de la dureza de la climatología, pienso que vale la pena tener unos cuantos en casa para disfrutarlos de cerca.