Hace 120 años Gustave Eiffel colocaba la bandera de Francia en la cúspide de este singular monumento, proyectado para Exposición Universal de 1889, con motivo de la conmemoración del centenario de la Revolución Francesa.
Estos días se celebran diversos actos, entre ellos el que ya es una tradición, proceder a la renovación de su capa de pintura protectora, tal y como lo había estipulado su creador. El color elegido se donomina "castaño Torre Eiffel" y es la 28ª vez que se pinta. En realidad a Gustave Eiffel le daba igual un color que otro (el primero fué un rojo Venecia), pero sí la buena conservación de su estructura.
Este monumento, criticado por muchos en su inauguración: Paul Verlaine la denominó "esqueleto de atalaya" y Guy de Maupassant "pirámide alta y flaca", es sin embargo hoy día uno de los más visitados del mundo. El año pasado tuvo cerca de 7 millones de visitantes. En 2009, se prevé que menos.
Bueno,pués, ¡felicidades!. ¡Que por muchos años se mantenga este símbolo de la "grandeur"!
Foto retrospectiva de una de las últimas visitas a Paris.
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