viernes, 14 de marzo de 2008
PENDIENTES DEL MOVIL
La mirada perdida. El oido atento. El tacto fino para digitalizar números y letras. La voz baja y clara, para que llegue con nitidez a su destino.
Un nuevo miembro en la familia se ha apoderado de nuestros sentidos: es el móvil.
Ese apéndice que nos ha salido a las últimas generaciones de humanos y que se ha hecho imprescindible para el metabolismo de la vida cotidiana, ha llegado a adquirir en nuestras vidas el estatus de "angel de la guarda".
Salir a la calle sin móvil, es peor que salir sin cartera, sin pañuelo ó sin gafas.Con el móvil puedes pedir que te las traigan.
¿Alguien sale de casa con el móvil y vuelve a ella sin haberlo usado? ¿Qué sería de nosotros sin poder decir: "He llegado bien", "...llegaré más tarde", "...echa el agua a la paella que subo", "..."qué mas falta comprar". O al más alto nivel: "Llama al mecánico", "...cancélame esa cita".... "...has visto el árbitro, qué casero!"...?
Lo cierto es que el móvil acorta distancias, ahorra tiempo y carburante. disipa temores.
Hasta los mas reticentes han acabado adquiriéndolo. Lo lleva el joven, el niño, el padre, la madre y la abuela que sale a la calle mucho mas segura.
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