Muy dificil para mí acabar los recuerdos de las vacaciones sin una flor.
La malva real o malvarrosa, procedente de la China se introdujo en Europa hacia finales del s. XVI, pero es en la cuenca Mediterránea donde alzanzó todo su esplendor, debido a la climatología, pués es una planta que no soporta los fríos extremos.
Así, la costa dálmata está profusamente poblada por esta planta, que con sus grandes flores engalana de forma sorprendente los bordes de las carreteras, haciendo su reccorrido doblemente agradable.
También podemos contemplarla a orillas del mar, ya que la costa rocosa acerca la carretera hasta el mismo litoral.
Esta planta erguida, aunque no es una novedad en nuestro país, no deja de llamar la atención cuando se halla al paso con tanta persistencia.