Laura Climent. "Praga. Río Vltava". (Lápices de color).
Chequia, que ostenta la presidencia actual de la Unión Europea, será la encargada de enviar observadores que controlen el paso del gas ruso por Ucrania.
La absoluta necesidad de solucionar la dramática situación de algunos paises europeos ante este frío invernal que les azota, pasa por tomar medidas para remediar la desconfianza que genera la distribución de tan preciado elemento.
La independencia implica asumir responsabilidades y también soltarse de la mano protectora que te ha proporcionado el bienestar a precio doméstico. Y si la persona que rige un pais es un hombre de paja a las órdenes de no se qué potencia, razón de más para que se vigile muy de cerca su proceder. Hasta el punto de que la UE se plantee la fiabilidad del curso del gas por la "independiente" Ucrania y empiece a pensar en otro itinerario.
Cualquier medida será bien recibida por tal de que una población ajena a inconfesables intereses sufra las consecuencias. Aunque haya que actualizar los precios, naturalmente, porque este futuro ya hacía tiempo que se veía venir.
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