El otro día encontré, perdida entre los mil objetos, papeles, recuerdos que aún conservo, esta fotografía de un autorretrato que me hice de joven. Hice muchas obras, bordados y trabajos tal vez ya irrecuperables.
Los avatares de la vida y algunas personas desaprensivas, hicieron que dichos objetos desaparecieran de mi entorno.
De ahí el calificativo de ingenua, El de arrogante al pensar que la vida nos puede seguir ofreciendo oportunidades de conservar y prosperar.
Al mirar esta foto en la distancia, aquí andaría yo por los 22 o 23, veo una pintura relamida y una mujer de gesto desafiante y segura.
Con los años he visto que no se puede ser tan inocente. Solamente parecerlo.
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