Laura Climent. "Milán. Catedral". (Mixta).
Nacido en la piamontesa Alessandria, Umberto Eco, murió ayer en su residencia de Milán.
El más grande de los eruditos de los últimos tiempos, deja un legado de hermosos trabajos, documentados hasta la saciedad tanto en personajes históricos, legendarios, filósofos y clérigos, como en lugares y hechos facilmente adaptables a la realidad, así actual como de otros siglos.
Crítico ante la manipulación y la corrupción, refleja esta actitud en su novela más emblemática y famosa: "El nombre de la rosa", título que decidió tras numerosas reflexiones e indecisiones, en la que, al final, lo fascinante es su contenido.
En una, nunca reconocida, alusión a los "cátaros", trata de las supuestas herejías cometidas contra el poder de la Iglesia y sus múltiples secretos, resumidas en unos crímenes que él ambienta en un castillo italiano.
(Foto de la red).
Difícilmente encontraremos en la actualidad un filósofo y escritor más estudioso, documentado, ameno, creativo y fiel a la realidad que este genio de la literatura.
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