Somos una generación fraguada en el miedo.
Desde la infancia hemos subido en el temor de Dios, el miedo a los padres, a los preceptos, a los mandatarios, a la pobreza, a los enemigos....
Ya va siendo hora que digamos NO.
NO a las acciones de los fanáticos de las religiones. A los que nos quieren hacer desistir de nuestros principios, de nuestros ideales, de nuestra voluntad, de nuestras ilusiones, de nuestra cultura, de nuestras decisiones.
NO a los simuladores de justicia, caridad e igualdad, a los que intentan erradicar de nuestra mente la verdad, no a los que nos quieren hacer guardar silencio con engaños, no a cuantos nos quiren quitar la vida, sea con armas, robos, destrucción o amenazas, coacciones y maltratos.
NO a los que nos quieren estropear la vida.
¡ Que nuestros descendientes no tengan que vivir atemorizados como nosotros!
Yo viviré como quiera, con o sin el dinero que nos han robado, viajaré donde, como y cuando quiera y me uniré a las personas que amo o que comparten mis ideales. Al precio que sea.
NO QUIERO UNOS DESCENDIENTES ATEMORIZADOS POR RELIGIONES, AMENAZAS O DAÑOS.
¡ Que lo tengan claro cuantos lo intentan!
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