jueves, 9 de octubre de 2008

SICILIA MAGICA

Laura Climent. "Taormina. Teatro greco-romano".

Antes de que los días oscurezcan , que se agote la tibieza del verano y el fantasma de la crisis nos haga olvidar el tiempo desinhibido de las vacaciones, nos apetece echar un vistazo a los lugares que en el transcurso de los viajes, nos han servido de distracción y enriquecido nuestro espíritu y conocimientos.

Uno de los mas atrayentes para mí, es Taormina.
Situada a 200 metros de altitud sobre el mar Jónico, en el monte Tauro (de ahí su nombre desde la antigüedad: Tauromerion) es, desde el siglo XIX uno de los centros de veraneo más solicitados por artistas e intelectuales. En él pasaron sus vacaciones Goethe, Truman Capote, Cary Grant, Orson Welles, Dalí, Rita Hayworth... y aún hoy día la tranquilidad de sus 10.000 habitantes, se ve truncada en verano por un sinfín de visitantes ávidos de disfrutar de su clima, el color de sus playas, sus lujosas tiendas y hoteles y sus calles llenas de historia y de venerables piedras.
No es de extrañar que los griegos la convirtieran en una aristocrática ciudad y los romanos se adueñaran de ella más tarde.
Debía ser todo un lujo en aquella época disfrutar del teatro abierto a un suave ambiente y al mismo tiempo dominar una espléndida vista sobre el mar y frente al siempre humeante Etna, todo ello en un entorno de jardines diseñados con la omnipresente flora mediterránea, de los cuales todavía se conservan vestigios en Naxos, que es el primer nombre que los grigos dieron a Taormina.

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