Dificilmente se puede reunir a dos artistas coetáneos tan carismáticos como Sargent y Sorolla, en una sola muestra, que se puede admirar en el Thyssen, de Madrid.
Las diferencias en la ejecución de la respectiva obra (Sargent fué muy precoz en su realización, hacia 1880, y Sorolla, aunque siete años mas jóven, encontró su identidad artística hacia el 1890), no impiden que ambos llegaran a plasmar al mismo tiempo su pasión por la luz y un nuevo concepto del retrato.
Si bien Sorolla pintó sus figuras en el contexto de una denuncia social, Sargent lo hizo con una gran libertad de composición. Ambos llevaron el retrato burgués a la grandeza del retrato barroco.
Pero su paralelismo se acentúa después del viaje que Sargent hizo a España en 1879, el cual marcó el entusiasmo que el artista sentiría en adelante por este país. Sobre todo en los últimos años, cuando ambos artistas habían alcanzo plenamente el éxito y ésto les permitió pintar a placer para sí mismos: Sorolla pinta jardines . Sargent, que siempre se había manifestado como un formidable acuarelista, da rienda suelta a su deslumbrante virtuosismo.
Son las etapas finales , las que muestran mayor afinidad en sus trayectorias. Todo ello se puede comprobar (y admirar) en el Thyssen, hasta el 4 de Enero de 2007.
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